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Lautaro Núñez afirmó que los nuevos espacios para colecciones arqueológicas del Museo Municipal de Pica, representan una obra moderna y óptima para el estudio y conservación de hallazgos arqueológicos
Para Lautaro Núñez, arqueólogo del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo San Pedro de Atacama de la Universidad Católica del Norte, la inauguración de los nuevos espacios para la conservación de colecciones arqueológicas del Museo Municipal de Pica marca un precedente, ya que asegura no conocer un depósito de estas características a lo largo de Chile.
“Es cierto. En Arica hay una universidad y en San Pedro también hay una gestión que se genera desde las universidades. Pero Pica no tiene universidades y, sin embargo, está haciendo exactamente lo que han hecho otras ciudades con universidades, en conciliar la arqueología con conservación, investigación y, sobretodo, con algo que me parece muy importante: dar el ejemplo sobre cómo una empresa privada puede comprender las necesidades”, sostiene quien fuera Premio Nacional de Historia en 2002.
Este nuevo recinto guarda los materiales arqueológicos y paleontológicos provenientes de la construcción del Proyecto Quebrada Blanca Fase 2 (QB2), junto a otras colecciones que dispone el Museo Municipal de Pica, bajo estándares de conservación aprobados por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Respecto a la colección encontrada, el cofundador de la Sociedad Chilena de Arqueología explicó que corresponde a un periodo antiguo que se llama Formativo. “Son poblaciones que están desde los 500 años a.c. hasta los 500 años d.c. y son muy escasas en todo el norte de Chile, salvo en Arica”, precisa.
Además, señaló que se trata de una población anterior, incluso a la mayor población prehispánica que estuvo en Pica. “Son los precursores de los llamados pueblos del desarrollo regional, en el periodo intermedio – tardío, aquellos pueblos que recibieron a los incas. Esos pueblos fueron muy comunes y el museo de Pica está relacionado con muchas piezas de esta colección”, agregó Núnez.
El arqueólogo dio a conocer que las piezas encontradas en la costa dejan al descubierto el vínculo que existía con los pueblos del interior de la Región de Tarapacá. “No hay camélidos en la costa y se halló lana con la que hacían los tejidos. Son las operaciones de intercambio entre los costeros con los pueblos del interior. La talla en madera encontrada en la costa, donde no hay madera, también es una prueba sobre la importancia de la colección del formativo”, concluyó.