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Actualmente existe mucho interés de las mujeres en estas temáticas, por lo que crear estos espacios les permite crecer de manera sustentable dentro de una organización.
Actualmente las plazas laborales en la industria minera están siendo ocupadas en un 85.7% por hombres y sólo un 14.3% por mujeres, situación que, para la dirigente gremial, Tania Caroca, debe iniciar de manera urgente un proceso de transformación, inclusión y valoración femenina.
Mujeres Non Stop es una innovadora agrupación gremial iquiqueña que se dedica a generar vinculación con el medio entre sus asociadas, para encontrar espacios de conversación y compartir buenas prácticas en equidad de género, principalmente en el mundo laboral, industrial y emprendimiento, está compuesta actualmente por 55 asociadas, entre las cuáles participan 55 mujeres, profesionales de distintas áreas, emprendedoras de diversas edades, toda con la visión y ganas de hacer las cosas de manera distinta.
Principalmente, esta vinculación, se basa en fortalecer las habilidades técnicas en actividades laborales, profundizando en áreas específicas como la industria minera. Así lo sostiene Tania Caroca, fundadora y directora ejecutiva de Mujeres Non Stop.

La líder de la agrupación asegura que además las participantes ponen especial énfasis en la creación de conciencia de género, para hacer negocios desde otras perspectivas, incorporando siempre una mirada inclusiva. En este sentido, es clave conocer las necesidades de las usuarias, ya que deben desafiar constantemente problemáticas como la falta de espacios, los quehaceres del hogar, el cuidado de los hijos y la escasa capacitación orientada a mujeres.
¿Cómo visualizan actualmente el proceso de contratación femenina en la industria minera?
“Los tiempos cambian y con ello las oportunidades, en la actualidad existen muchas mujeres que se proyectan en la minería y esperan obtener un cupo laboral en esa área, pero no se puede desconocer que a las mujeres les cuesta demasiado estar en espacios laborales de manera fluida, debido a la existencia de factores que afectan de manera importante el crecimiento profesional, como la maternidad y las responsabilidades de ser madre cuidadora, que van restringiendo el acceso a esos espacios”.