Edición 84
Emprendimiento
“El Amor es Dulce”, un negocio que rescata los mejores sabores de Tarapacá

“El Amor es Dulce”, un negocio que rescata los mejores sabores de Tarapacá

Su fundadora es parte del programa Escuela de Emprendimiento de Teck Quebrada Blanca, iniciativa donde participaron más de 100 emprendedores de Alto Hospicio, Pica y Pozo Almonte, para aprender a formular e implementar su propio plan de negocios.

 

 

Elaborar productos con identidad regional, con sabores, hortalizas y verduras del norte. Ese es el sello que quiere plasmar Bárbara Cofré, fundadora de “El Amor es Dulce”, un emprendimiento que presta servicios de coctelería dulce y salada, y chocolatería artesanal.

 

Bombones rellenos de maracuyá, panes saborizados de ajo y orégano y el pan de zanahoria, son algunos de las bondades culinarias que prepara Bárbara para sus comensales.

 

Todo empezó tras enfrentarse a un momento personal desafiante, que la llevó a incursionar en la repostería como una forma de terapia. “Hace cinco años comenzó el emprendimiento formalmente y hace dos años está formalizado. Tenemos clientes de distintas instituciones”, contó la emprendedora que vive en Alto Hospicio.

 

Bárbara forma parte de la Escuela de Emprendimiento de Teck Quebrada Blanca, implementada por Emprende Joven y que en Alto Hospicio se enmarcó en un programa que comenzó con un coaching para empoderar a las participantes, una capacitación en manipulación de alimentos y finalmente la Escuela que incluyó la formación para obtener herramientas que permitan impulsar su propio emprendimiento.

 

Bárbara siguió avanzando y se adjudicó recursos del programa para materializar su plan de negocio. “Estamos muy agradecidos y enfocados en crecer para dar trabajo a más personas de la región, especialmente personas mayores. Con el dinero adjudicado, me compré un horno con convertidor que tiene cuatro bandejas y que me ayuda a producir en mayor cantidad y en menos tiempo. Además compré una compostera porque tratamos de producir residuos cero; todo lo que es orgánico se echa a la compostera, el compost se dona a una emprendedora y así vamos haciendo economía circular”, explicó Cofré.

 

DESAFÍOS

 

“Yo quiero que mi emprendimiento sea lo más amigable posible con el medio ambiente en el futuro”, advierte la profesional en repostería y banquetería quien además adelantó que está consolidando el nombre de su negocio como una marca registrada.

 

“Es un paso que estoy haciendo ahora para ampliar mi cocina y dar empleabilidad, hay mucha gente que quiere trabajar, y me gustaría enseñarles que los sueños sí se cumplen de a poco. Mi taller es súper pequeñito, pero es un sueño cumplido”, finalizó la fundadora del “El Amor es Dulce”.

 

 

“La Escuela de Emprendimiento fue una súper buena instancia porque en ninguna parte te enseñan a emprender. Uno siempre aprende a través de prueba y error, y cuando los recursos son propios, cuesta mucho recuperarlos; lo que más me gustó de la escuela fue sacar costos porque uno siempre tiene problemas para cobrar por su trabajo y que sea justo”.

Bárbara Cofré

Fundadora de “El Amor es Dulce”

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