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Diablada Virgen del Tamarugal: El semillero de nuevas generaciones

Diablada Virgen del Tamarugal: El semillero de nuevas generaciones

La sociedad celebra su crecimiento, después de varios años de dedicación y pasión por la danza y su devoción a la Virgen del Carmen de La Tirana. Sus dos caporales destacan la importancia de transmitir esta tradición a niños y niñas, que serán los bailarines del futuro.

 

 

Uno de los grandes atractivos de la Fiesta de La Tirana, es la variada música y danza ancestral demostrada con inmensos trajes, colores y sonidos al ritmo de los bronces. Una tradición religiosa que convoca a miles de visitantes, convirtiéndose además en un atractivo turístico y patrimonio inmaterial.

 

Mantener este legado no es fácil y si bien existen bailes religiosos con amplia trayectoria, también se han formado grupos más recientes, con el fin de enfocarse en la formación de niños y niñas como futuros promesantes y bailarines.

 

Este es el caso de la Sociedad Religiosa Diablada Virgen del Tamarugal, fundada en Iquique. Desde sus inicios, en 2019, partieron con 45 personas hasta alcanzar 130 socios y 100 bailarines. Así lo dio a conocer Manuel Yantorno, caporal de la agrupación, quien cuenta que cada uno de los integrantes conoce el motivo de porqué danza. “Muchos agradecimientos sobre lo que uno pide a nuestra Santísima Madre para pagar con nuestra danza lo que ella nos entrega”.

 

Yantorno destacó que la sociedad está conformada por personas mayores, pero también por niños. “Los niños son los semilleros para que esto siga creciendo y son bailarines libres, a quienes no les imponemos seguir a los guías. Ellos entregan su pasión de la mejor forma”, añadió quien además afirmó que enseñan las tradiciones de todo lo que conlleva ser una diablada.

 

“El waka es la danza que más les gusta a los niños, y se realizan jornadas de ensayo y oración para prepararse para la fiesta. La sociedad también se enfoca en la formación de los niños y jóvenes para que puedan ser futuros bailarines y líderes”, agregó.

 

Fernando Ruiz, quien también es caporal de la sociedad, lleva 26 años bailando. “Profesamos nuestra fe de la mejor forma, y de la manera que pensamos que es la correcta”. Sobre la preparación de las futuras generaciones, Ruiz precisó que trabajan en la importancia que tienen los trajes, las máscaras y los colores. “Los niños son nuestro futuro, trabajamos para ellos”.

 

Ambos caporales coinciden en que la pasión y el compromiso de los bailarines son lo que hace que esta sociedad siga fortaleciéndose con el tiempo, de generación en generación.

 

 

“Estar acá es un fervor, entregamos todo para pagar nuestras mandas”.

 Manuel Yantorno, caporal de la Sociedad Religiosa Diablada   Virgen  del Tamarugal

 

 

“La idea es que esto siga creando generaciones y se mantenga en el tiempo”.

Fernando Ruiz, caporal de la Sociedad Religiosa Diablada Virgen del Tamarugal

 

 

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